Todas las cirugías pueden tener complicaciones, ¿verdad? Y las cirugías plásticas estéticas no son una excepción. En estos casos, es fundamental explicar al paciente cuáles son las complicaciones más frecuentes en el tipo de procedimiento que se va a realizar y qué puede hacer para prevenir su aparición.
¿Sabías que las complicaciones derivadas de las cirugías plásticas estéticas están estrechamente relacionadas con el proceso de cicatrización?
Es importante que entiendas que este proceso tiene un comienzo y un final, un orden específico y un equilibrio.
Según la clasificación de Schwartz, las complicaciones quirúrgicas pueden ser:
Intraoperatorias;
Postoperatorias (inmediatas, mediatas y tardías).
Al igual que en cualquier área de la Fisioterapia, el Fisioterapeuta Dermatofuncional debe comenzar realizando una evaluación del paciente que incluya:
Historia clínica;
Fecha de la cirugía;
Fotos anteriores, laterales y posteriores del paciente;
Evaluación del paciente en todas las sesiones: de pie, en decúbito dorsal y ventral;
Marcar las áreas a tratar;
Planificar el tratamiento: debes tener conocimiento del tiempo quirúrgico o postoperatorio.
Identificar la fase de cicatrización.
Las complicaciones más frecuentes derivadas de las cirugías plásticas estéticas son:
Edema intenso;
Hematoma;
Seroma;
Necrosis;
Dehiscencia;
Contracturas capsulares;
Fibrosis;
Flacidez.
Los agentes físicos se utilizan ampliamente en el tratamiento de estas complicaciones. Entre ellos se encuentran el ultrasonido, la ultracavitación, la radiofrecuencia, la termoterapia, la carboxiterapia, el HIFU, el VACUUM, la magnetoterapia, las ondas de choque, entre otros.
La preocupación por la apariencia y la buena imagen física ha aumentado en los últimos años la demanda de dispositivos seguros y eficaces para moldear el cuerpo de forma no invasiva.
La criofrecuencia es un ejemplo de estos aparatos y se utiliza en estética para diversos tratamientos, teniendo la radiofrecuencia como base de trabajo.
La radiofrecuencia genera, por efecto de la corriente eléctrica alterna de alta frecuencia, calor en los tejidos dérmicos (calor endógeno) con densidades proporcionales al tipo de aplicador utilizado y proporcionales a la región donde se aplica.
La radiofrecuencia es una onda electromagnética que genera calor por conversión, entre 30 KHz y 300 MHz, siendo la frecuencia más utilizada entre 0,5 y 1,5 MHz. En la electroestimulación y la electroanalgesia, por ejemplo, se activan corrientes por debajo de los 3000 Hertz (Hz).
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El mecanismo neurofisiológico que explica los fenómenos de dolor referido (dolor craneofacial) de origen cervical es el complejo trigémino cervical.
La teoría trigémino-cervical se basa en la sensibilización del núcleo trigémino-cervical y se explica por la convergencia de aferencias receptivas del área trigeminal y cervical en el mismo punto- el complejo trigémino-cervical.
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Una de las estructuras que puede causar dolores de cabeza son las estructuras neurales, en el tejido neural de la región cervical.
Los nervios raquídeos y sus ramas son las principales estructuras periféricas que van a provocar dolor. Los nervios occipitales también tienen una gran significación clínica.
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El umbral del dolor informa sobre las alteraciones del procesamiento sensorial. Además de las articulaciones, hay otras estructuras que pueden causar dolor referido qué son los músculos cervicales.
El síndrome de dolor miofascial, por ejemplo, es uno de los más conocidos.
Hay músculos en la región cervical, del cuello y de los hombros que provocan un dolor reflejo en la zona de la cabeza y la cara.
Se conocen patrones de dolor previsibles desde los músculos cervicales como:
– Suboccipitales;
– Semiespinosos;
– Esternocleidomastoideo;
– Trapecio medio e interior;
– Trapecio Superior
– Esplenios
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